
El día de hoy me gustaría brindarles un tip financiero para esta época de crisis, especialmente dirigido a aquellas personas emprendedoras que necesitan de un punto de venta físico para su negocio, así como para los dueños de locales comerciales.
Cuando hablamos de alquileres, estamos acostumbrados a negociar una renta fija, es decir, un monto fijo que puede ser determinado contractualmente de manera mensual, trimestral o incluso anual, por el alquiler de un espacio físico o local comercial para llevar a cabo la actividad de nuestro negocio.
Hoy por hoy es imposible no salir a la calle y asombrarse por la cantidad de locales comerciales con el rótulo de “SE ALQUILA” y negocios que se encuentran cerrados, lastimosamente debido a el fuerte efecto de la pandemia.
Pensemos entonces en la posibilidad de negociar nuestros contratos de alquiler fijo, por contratos de RENTA VARIABLE. Pero, ¿en qué consiste?. La renta variable es aquella que se negocia en contratos de arrendamiento como un porcentaje sobre el importe total de las ventas que realice el inquilino a lo largo de un ejercicio, es decir, el monto a pagar por el alquiler iría en función de lo que gano en el período de pago determinado, ya sea mes, trimestre, o año.
Veamos un ejemplo: Juan necesita un espacio físico para desarrollar su actividad económica de restaurante. Le alquila a la empresa X el espacio en un centro comercial por una renta mensual, la cual iría en función de las ventas que realice el restaurante en cada mes. En este caso, Juan y la empresa X han acordado un porcentaje (%) de un 30% sobre las ventas mensuales. Evidentemente, Juan, debe estar en la capacidad y disposición de brindarle a su arrendador (la empresa X) los datos de las ventas mensuales, de manera oportuna y transparente.
Es por este último detalle, que este tipo de acuerdos son más fáciles de implementar en inquilinos cuyas ventas sean auditadas, y evidentemente debemos analizar otros elementos como el mercado específico del negocio, sector geográfico, nivel de riesgo, entre otros.
Es importante resaltar que esta figura ha tomado más consideración en otros países en los últimos años , y recientemente con más fuerza en el sector inmobiliario debido al efecto de la pandemia.
Considero que la renta variable es una oportunidad y puede ser un win-win (ganar -ganar) para las dos partes, ya que en lugar de que el inquilino asuma un gasto fijo mes a mes, le permitirá alinear sus gastos al ciclo de flujo de efectivo del negocio. Por otro lado, el arrendador pasará a ser parte del riesgo del negocio del inquilino, y verá un flujo de entrada de dinero que muy probablemente no estaría recibiendo al tener su local vacío.
En un entorno normal es difícil negociar este tipo de rentas variables, pero, los cambios radicales, como la llegada del COVID 19, nos obligan a pensar en medidas excepcionales para mantener a flote nuestros negocios.